Y "Podemos" dio la campanada. En 4 meses, sin dinero y conociéndose solo a su cabeza de lista, fundador, logotipo, su todo, se llevan 5 escaños y dejan a todo el mundo con la boca abierta.
Arrecian críticas y alabanzas. De lo poquísimo que he leído sobre su programa (económico), casi nada me gusta. No me gusta su alma máter, pero mi criterio se reduce a lo de los "lúmpenes y la gentuza". No me gusta que repita en la conexión tras resultados electorales, el mismo discurso que luego medio lee ante sus votantes. Me inquieta que siempre diga lo que la gente quiere oir.
Pero me gusta que cuente con un científico del CSIC en su lista.
No me gusta, pero no soy quién para juzgar y además mi opinión es irrelevante.
Lo que sí me parece relevante, es que lo critiquen por haberse "hecho" en las tertulias de la televisión.
Ahí me da la risa.
Si este señor ha tenido audiencia, si la gente se quedaba levantada por las noches para escuchar sus "peleas" con Marhuenda o Rojo, es porque hay interés por la política. Sea cual sea la calidad del "debate"o el nivel de los argumentos. Alguien debería haberse dado cuenta.
¿Y cuál era la alternativa? Debates a dos, pactados hasta el mínimo detalle. Aburridos de solemnidad, sin preguntas, sin contraste, sin interés.
¿Y critican al que ha hecho otra cosa con los recursos que tenía? Qué graciosos, todavía pretenderán, que a la gente le interese, aquello que quieren y de la manera que quieren.
Si con alguien como yo - que desde niña escuchaba las tertulias de radio a la hora de la cena y que ve cada entrevista política cuando promete ser incisiva e instructiva - habéis conseguido que no vea ninguna de vuestras apariciones televisivas, ¿qué esperáis conseguir de una mayoría a la que tenéis completamente desencantada y desinteresada?
La culpa no es de la tele, no es del que ha sabido ver la oportunidad y la ha aprovechado. La culpa es vuestra, por haber rebajado el nivel dialéctico, el contenido y hasta el formato, a la categoría de somnífero.
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